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Consulate / USCIS Member Review #24485

Caracas, Venezuela Review on August 21, 2018:

VI&PE

VI&PE


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Review Topic: K1 Visa

I know is in Spanish, but if you are going to the USA embassy in Caracas most likely you speak Spanish,
Enjoy

A pesar de que la cita había sido puesta para las 8:00 am, yo terminé llegando a la embajada a un poco pasadas las 6:20 de la mañana. La noche anterior había llovido demasiado y mi transporte había quedado conmigo de recogerme exactamente a las seis de la mañana, por lo que ya para esa hora estaba arreglado, bañado, bien peinado, vestido y desayunado, sin nervios, esperando que no cayese ni una gota de lluvia para no terminar con sorpresas o peor, empapado. Hacía mucho frío y cuando iba llegando no sé si estaba temblando por el frío o por los nervios.

Una chica, muy amable, nos hizo pasar de la entrada y nos pidió la confirmación de nuestra cita y la hoja con nuestra respectiva D-160. Las personas que obtienen su cita a través de la página de la embajada terminan imprimiendo una confirmación especial que posee un par de códigos de barra impresos; yo, por el contrario, tenía una confirmación directa de un e-mail que le enviaron a mi prometida un poco más de un mes atrás (Yo no sabía que era diferente y hasta me asusté por no tener la hoja impresa que pedían al principio, pero muy seguro, presenté lo que tenía y enseguida me dejaron pasar). Usualmente le dicen a las personas que no lleven ni teléfono celular, ni pendrive ni ningún tipo de dispositivo que almacene información, yo no lo hice, pero para quienes decidan hacerlo, justo pasada la entrada, ya a un lado del estacionamiento, se encuentran unos pequeños casilleros para guardar lo que necesites, en especial sus teléfonos. Tiene un costo actual (hoy, 15 de agosto de 2018) de 3.900.000 bsF, un poco menos de 1$ al cambio y a pesar de yo no haber guardado nada allí, por lo que vi, mantener tus cosas allí es tan seguro como uno espera, siempre hay alguien vigilándolos en el estacionamiento, de hecho, hay una empleada que su trabajo es específicamente mantener un ojo encima de los casilleros en todo momento.

Mi primera parada fue una casilla al lado izquierdo de la entrada, donde me pidieron mi pasaporte y mi D-160 sólo para confirmar mi llegada (imagino en su base de datos) y para entregarme todo de nuevo junto con una identificación especial (era una hoja de cartulina color rosa, con mi nombre y apellido pegado en el centro). La primera persona que me atendió me explicó que ese pedazo de papel rosa era para que sus compañeros dentro del establecimiento supiesen que yo iba directamente por inmigración y no por una visa diferente (Ya que no, no son filas iguales para todos, eso lo explico más adelante). Para este momento yo estaba nerviosísimo de nuevo aunque me mentalizaba en que no lo estaba (¡Estaba temblando y no me daba cuenta!). Las manos me temblaban, estaba súper nervioso, tanto que la agente de seguridad me dijo que podía guardar mis cosas con calma, porque sí, te revisan todo lo que llevas.

Una vez pasado los primeros listones, llegué a un punto en donde me dieron una cajita de plástico en donde tuve que meter mi cinturón, mi billetera, mi carpeta y la chaqueta que llevaba puesta (me dejaron tenerla mientras estaba afuera porque hacía frío). Me causó mucha gracia que tenían una enorme pantalla y pasaban imágenes y animaciones con información acerca de las visas y el qué hacer si las manos te sudaban mucho cuando fuesen a captar tus huellas, están claros ya de que uno va con los nervios de punta.

Pasamos el arco de seguridad, donde tuvimos que pasar nuestras cosas por el escáner (Para este punto todavía estaba temblando, que horrible) y luego llegamos a la sala donde íbamos a entrar hasta donde estaban las taquillas muy parecidas a la de los bancos, sólo que con unas cortas paredes a los lados, quizás para darle un toque de privacidad al asunto, en donde nos iban a atender.

Como fui el primero que iba para inmigración en llegar, me hicieron pasar de primero a una sala más larga que ancha, con 16 taquillas a lo largo de estas. Tomé mi ticket y me senté, solo, en el frío (Sí lo siento, soy bien dramático), y lo peor es que estaba temblando, y como nadie me veía, dejé que mi mandíbula castañeara hasta que me calmé, yo me decía que era por el frío pero sabía que era por los nervios (shame on me). Me llamó mucho la atención el hecho de que (fue mi primera vez en una entrevista para una visa, por lo que toda la experiencia fue nueva para mí) todas las personas que iban por visas de estudiante y turismo debían hacer una fila de pie a un lado del pasillo, mientras que los que íbamos por inmigración teníamos el privilegio de contar con unos asientos especialmente para la espera. Debo recalcar algo, en ningún momento vi que trataran mal a nadie, todo el cuerpo de trabajadores de la embajada desde que entré por el estacionamiento fueron demás de amables y carismáticos, todos te contestaban hasta las preguntas más tontas con una sonrisa, se veían alegres, como si les gustase muchísimo estar allí. Esto para mí es súper diferente al cómo suelen ser los “empleados públicos” de Venezuela, que parece que siempre están buscando tratar mal a las personas y gracias a dios, aquí no fue el caso. Yo soy muy detallista y siempre estoy intentando ver más allá de todo y la verdad es que me quedé encantadísimo por cómo las personas trabajan allí: limpio, ordenado, a tiempo y felices, hasta a mí me dieron ganas de trabajar allí, se los juro.

Para cuando me llamaron por primera vez por la taquilla ya se me habían caído los nervios y los tenía metidos en los bolsillos, me preguntaron de nuevo por mi confirmación de cita y como no lo tenía sencillamente entregué el recibo de pago de mi visa. Les recomiendo que se lleven una fotocopia de todos los documentos importantes, sobre todo las partidas de nacimiento, yo entregué sólo las copias, y menos mal, porque lo primero que hicieron fue utilizar un resaltador rosado para los nombres en el documento. No recuerdo el nombre del primer empleado y se me hizo muy difícil saber si era un americano o un venezolano (porque en algún punto me lo pregunté) que por supuesto no era importante, hablaba español perfecto y sin acento, todo bien, te hacía sentir seguro nada más hablándote. Me preguntó por el nombre de mi prometida y me hizo firmar una carta de intento de casarme, con un formato especial que te dan directamente en la embajada. Me pidió mis antecedentes penales originales y las fotocopias de partida de nacimiento de mi prometida y de mí (me preguntó si mi prometida o yo habíamos casados antes y para los que sí lo estén, será de lo primero que les pidan), una foto mía y tomaron mis huellas (no, no las tenía sudadas porque ya no estaba nervioso). Me preguntó cuándo nos habíamos conocido, cuando empezamos nuestra relación y hace cuánto que ella vivía en Estados Unidos y el resto fueron preguntas básicas a cerca de mí. Terminaron por pedirme algún documento de identidad de mi prometida (yo llevaba una hoja impresa con su pasaporte y el carnet de identificación de su trabajo) y mis exámenes médicos (que realicé el 19 de julio) y en menos de 8 minutos ya había terminado la primera entrevista.

No menos de 15 minutos después, abrieron una taquilla en donde al lado ya estaban atendiendo una chica que iba por la misma visa K-1 que yo. Me alcanzó a escuchar un poco las preguntas que le hicieron (su oficial se notaba era americano por su marcado acento) pero en el momento yo estaba era tan pendiente de que me llamaran a mí que no escuché el resto, no por nada malo, sólo para irme dando una idea.

Cuando me llamaron, me atendió un chico llamado Michael Bustamante (Michael, si estás leyendo esto: te amo y por supuesto que estas invitado a mi boda HAHA), ni idea si era americano o venezolano, tampoco importaba, hablaba bien el inglés y el español se le entendía perfecto, sin acento tampoco. Antes de todo, me hizo jurar decir la verdad y sólo la verdad, y para mí fue súper extraño porque aquí en Venezuela no hacemos eso, eso quizás me hizo dar el primer vistazo a lo tan orgullosos que son los estadounidenses con sus leyes y con la honestidad. Él sacó una carpeta con la información que había llevado mi prometida y me hizo preguntas de nuevo sobre el cómo nos conocimos, hace cuánto tiempo, cuánto tiempo llevaba ella viviendo en los Estados Unidos y preguntas personales a cerca de la vida de mi prometida, de mí no me preguntó nada, todo era relacionado con ella. No le den muchas vueltas a la cosa, mientras más hablen, más nerviosos se pondrán (me pasó), lo que le pregunten, respondan rápidos y seguros, si son preguntas de “sí” o “no”, díganlo sin pena. Yo tuve que dar un par de explicaciones del por qué mi prometida no me había visitado desde enero del 2017 y como nada es mentira, se los conté encantado.

Durante lo que duró la entrevista, Michael estuvo muchas veces intentando confundirme con las fechas, de cuándo nos conocimos, cuando empezamos nuestra relación y el tiempo que tenía ella allá (Muy mal, Michael, vas a tener dos copas menos de champaña en mi boda), por eso deben estar muy seguros de lo que dicen para que no les quede duda al empleado y explicar lo que él les pida explicar. Michael era serio, pero creo que de alguna forma te hacía sentir cómodo, a mí me pasó que llegó un momento que sentí que era mi mejor amigo y tenía que contarle todos los chismes de mi prometida, me sale natural hablar de ella, quizás debe ser por el amor y la admiración que le tengo. Me preguntó por los trabajos anteriores de mi prometida (que le dije que no sabía porque en realidad no lo sé, ha tenido como 200 trabajos en los últimos tres años, ni ella recuerda). Cuándo nos comprometimos, qué tanto hablamos. Le mostré imágenes y llamadas de skype y de whatsapp como parte de las pruebas (las que llevé yo a parte me las quedé).

Yo de lo único que tenía miedo era de que me preguntaran sobre el nombre completo de alguna de sus abuelas porque no me los sé, ¿Soy mal yerno por eso? Es que lo único en lo que pienso cuando pienso en su abuela es en lo rico que cocina y en las ganas increíbles que tengo de comer su comida una vez esté allá; lo siento, yo siempre pensando en comida, incluso en ese momento.

No fue nada del otro mundo, los únicos nervios que me entraron en ese momento fueron después de hacerme jurar y sólo porque fue algo súper nuevo para mí, era como si el jurarlo te hiciera en serio ser 100% honesto y de hecho, lo fui, con todo. Más fue la espera y la espera en las estaciones que lo que duró en sí la entrevista, porque ya antes de las 9 de la mañana, Michael me estaba diciendo el tan ansiado “visa aprobada” que todos esperamos y yo me tuve que aguantar las ganas de gritarle que ahora es mi mejor amigo aunque él no lo supiese. Fue muy amable y de hecho, acabé con un par de preguntas que me contestó tan amable como siempre, aclarándome que la visa iba a tardar de entre 2 a 3 semanas en llegar a mi buzón de zoom (que aún no tengo, pero me dio un folleto con las instrucciones para abrir uno y un folleto de violencia doméstica en Estados Unidos por si mi esposa me llega a pegar hahaha), pero mi prometida me ha dicho que eso a veces tarda menos. Me dijo que me llegaría un paquete con mi pasaporte con la visa junto con los exámenes médicos que ya me habían pedido antes y eso fue todo. A las 9:00 a.m. ya estaba saliendo.

Un par de consejos que según mi experiencia deberían tomar en cuenta:
- Lleguen lo más temprano que puedan, yo llegué a las 6:20 a.m. y fui tanto el primero en entrar como el primero en salir.
- Si necesitas llevar tu teléfono, llévatelo, puedes dejarlo guardado y quedará súper seguro. La encargada de los casilleros tiene un punto de venta donde pueden pagar tranquilamente y así no estarán incomunicados una vez salgan de allí.
- Vayan bien desayunados a menos que tengan dinero en efectivo, porque adentro en la pequeña cafetería no hay punto de venta para pagar con débito.
- Sigan instrucciones y si tienen alguna duda, pregunten, todos son súper amables.
- Sean sinceros y sacúdanse los nervios, no es tan terrible como uno se lo imagina de camino allá.
- Si tienen a alguien que los vaya a llevar y traer, mejor. El transporte público es un asco y los taxis son demasiado costosos
- Sean amigos de Michael Bustamante hahaha.
That’s all and good luck.
Y la torta para Michael por favor.


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